Comprar una vivienda en el Perú continúa siendo una operación con riesgos importantes. En 2024, el sector inmobiliario fue el segundo más sancionado por Indecopi, acumulando más de 600 sanciones y más de 1,190 UIT en multas. Entre los principales motivos: promesas de entrega incumplidas, desarrolladoras que desaparecen y vacíos contractuales que dejan a los compradores sin respaldo legal.
Frente a este panorama, el fideicomiso inmobiliario se presenta como una alternativa segura y eficiente para proteger a los consumidores y ordenar el ecosistema del sector. Este mecanismo consiste en colocar los fondos del comprador en manos de una entidad fiduciaria independiente, la cual libera el dinero únicamente a medida que se cumplen etapas específicas del proyecto. Esto no solo garantiza la ejecución progresiva de la obra, sino que también asegura mayor transparencia en la gestión.
Más allá de su función financiera, el fideicomiso se ha convertido en una señal clara de confianza. Para los compradores, representa una garantía de que su inversión está protegida. Y para las empresas, es una oportunidad para diferenciarse positivamente, demostrar responsabilidad y atraer financiamiento. En 2024, el fideicomiso de garantía fue uno de los servicios fiduciarios más solicitados, con alta demanda en sectores como el inmobiliario, la agroindustria y la obra pública.
Este esquema también facilita la intervención rápida en caso de problemas, sin tener que recurrir a procesos judiciales largos, como ocurre con otras garantías como las hipotecas. Además, refuerza las buenas prácticas y contribuye a posicionar al fideicomiso como un nuevo estándar de calidad en el rubro inmobiliario.
No obstante, en el Perú su uso aún es limitado. A diferencia de países como México, Colombia o Chile, donde ya forma parte de los requisitos normativos en desarrollos residenciales, en el país todavía se necesita mayor promoción y respaldo normativo por parte del Estado y los gremios profesionales.
En definitiva, el fideicomiso inmobiliario no solo protege al comprador. También ordena, formaliza y fortalece la confianza en un mercado que busca con urgencia recuperar su credibilidad.
FUENTE: GESTIÓN